Como personas muy conscientes de nosotros mismos, a menudo nos preguntamos si somos de alguna utilidad para la humanidad. ¿Regalos? ¿Qué importancia tienen? Algo trivial, ¿verdad? El planeta podría seguir girando sin ellos. Por suerte, de vez en cuando, nuestros queridos y leales clientes nos sacan de esa duda, nos sientan en el diván del terapeuta, nos dan una bofetada por nuestra actitud derrotista y nos insisten, con firmeza, que todo vale la pena.
Guardamos una transcripción de una de estas conversaciones de éxito en la entrega de regalos aquí, para leerla una y otra vez cada mes. Y ahora tú también puedes leerla.